Quito, Ecuador | El 31 de julio de 1992 se creó la Federación Internacional de Guardaparques con el objetivo de proporcionar un espacio de diálogo para promover el intercambio de experiencias, retos y triunfos en la protección del patrimonio natural del planeta. También para honrar a hombres y mujeres que dieron su vida en la tarea de vigilar y proteger estos espacios. Es así, que desde entonces conmemoramos el Día Mundial de los Guardaparques.
El Fondo para la Protección del Agua, FONAG, al tener como misión proteger, cuidar y restaurar los ecosistemas fuentes de agua para Quito, cuenta con un equipo dedicado al monitoreo y vigilancia de páramos y bosques que abastecen de agua al Distrito Metropolitano de Quito (DMQ). Se trata de 27 hombres y mujeres que custodian las áreas de conservación hídrica Antisana, Pichincha – Atacazo, Alto Pita, Noroccidente, Cerro Puntas, Chalpi, Rumipamba, Ponce – Paluguillo y Oyacachi.
Su trabajo radica en custodiar estos sitios, pues el suelo de los páramos es quien reserva el agua, a manera de esponja, y la suelta en temporadas secas. Se trata de un proceso natural que debe ser conservado para que los habitantes del DMQ cuenten con calidad y cantidad suficiente de agua.
De esta manera, la vigilancia permanente que realizan los guardapáramos, aporta en gran medida a detener las amenazas que perjudican los ecosistemas frágiles, como las actividades agrícolas y ganaderas, y con ellas, los incendios.
El perfil del guardapáramo del FONAG es especial. Cuenta con gran conocimiento respecto de la flora y la fauna de las áreas de conservación hídrica; el comportamiento del clima del páramo que es único en el mundo, pues se trata de ecosistemas ubicados en la zona tropical, y muchos de ellos a una altura superior a los 3 800 msnm.
De gran fortaleza física, destreza y agilidad para combatir un incendio forestal, y capacidad para tratar con las comunidades que habitan en los ecosistemas fuentes de agua.
El FONAG agradece a cada uno de sus guardapáramos por vigilar, custodiar, proteger, defender los páramos y bosques, lugares mágicos donde nace el agua.